sábado, 29 de junio de 2013

“NOLE 3 - RAFA 3”

Buscando un sitio nuevo para probar en mi regreso a casa desde Bosnia, donde no puedo quedarme todo lo que quería... Evidentemente tocaba parar en Serbia. 


Ya tenía ganas; desde que llegué hace ocho años y medio a esta zona del Mundo no había podido pescar en Serbia, donde la afición es brutal y los sitios buenos abundan.

De hecho me habían invitado a una competición que se celebraba en esos mismos días, con muchas de las mejores “Barbies Superstar” (a las que desde ahora bautizo con el término serbio “sponzorusa”, un concepto en el que me extenderé en una futura entrada...) del Carpfishing universal viniendo, suculentos premios y prohibitivas inscripciones. Pero el que me conoce sabe que eso no es para mí... ni loca.

Aprovechando que todo el mundo quiere estar en aquel “show”, me decido por probar algo que no es lo que más “me pone”, pero al menos pescando con un buen amigo del lugar, con quien me apetecía echar un rato hace tiempo.

Mladen es un magnífico pescador de carpas, amigo del foro “Ex-Yu-Carp” principalmente por su excelente inglés, supongo. “Ex-Yu-Carp” es herramienta esencial de los carposos balcánicos. El caso es que tras mucho chatear y mucho e-mail, toca pasar a algo más físico, nos tenemos ganas. Lo que me propone no resulta atractivo de entrada, pero puede ser interesante: Carpfishing “normal” en un lago pensado para “competir” y con un impresionante stock de carpas. Quiere que pasemos dos días y una noche en el Mika Alas. -Llegaré la noche antes, que vengo de vuelta de Bosnia, le avisé.


A mi regreso desde Pelagicevo, decido pasar una noche en un hotel (excelente y baratísimo) de Belgrado, en una casa flotante a la orilla del Danubio, junto al precioso barrio de Zemun, una vez más gracias a mi amiga de Belgrado, Sanela. Necesitaba recargar pilas, no sin antes pelearme por wassap con los mostachones una vez más, porque querían que sacase las cañas y me pusiera a pescar lanzando mis cebos desde el balcón de la habitación al río... Son unos frikazzos... Pero yo prefiero dormir una siesta, ducharme, afeitarme y cenar con Sanela y su pareja, que son un encanto.

A la mañana siguiente, bien dormido y recuperado, llega el momento de ir al lago, no sin antes pasar por las tiendas de pesca de la capital y hacer algo de stock, que luego siempre resulta difícil conseguir material de carp en Pristina y algunas de las que hay en Belgrado son comercios excelentes y muy bien equipados. Decido auto-mimarme con un cobra de carbono de la marca serbia COYA Fishing... impresionante pieza. Luego pongo el link en el trastero.

Mika Alas se encuentra al norte de Belgrado, pasando por un puente enorme sobre el Danubio se llega a una carretera paralela al río, los lagos están junto al mismo, en la orilla contraria, supongo que creados por el mismo nivel freático o más bien por inundación con compuertas. Hay varios lagos pequeños y uno enorme. Se trata de un “carpódromo” para competición, tan artificial como cuidado... lo que de entrada no me pone nada, pero en todas las garitas hay que hacer guardia y, si un buen amigo te lo recomienda, habrá que probarlo.


Nada más llegar, la primera decepción... El lago a pescar no es el grande como pensaba, ni se ve tan interesante. La idea de este sitio es simple... Un espacio inundado casi perfectamente cuadrado con unos 500 metros de lado, con puestos enfrentados en ambas orillas y un espacio justo en el centro que discurre en unos 20 metros de ancho, delimitado por una soga a cada lado y lleno de ramas y árboles en su interior. Las carpas, cuyo stock y tamaño están muy cuidados, se refugian ahí... pero para comer tienen que salir. Esto está pensado, supongo, para igualar los puestos de cara a una competición.

El lago grande desgraciadamente está prohibido, nadie lo puede pescar porque se utiliza para la cría comercial de pescado (incluidas carpas) para su venta posterior. Me comentaron que exportan a Rusia. Lástima, porque esas orillas de juncos y la gran extensión que tiene me apetecía.

No me desespero... en este negocio hay que hacer de todo y dicen que aún así la pesca es divertida, que hay carpas muy grandes y ni mucho menos “tontas”... Vamos a verlo.


Mientras espero a que Mladen salga mañana del trabajo y se me una, me voy montando el puesto. Hay veinte posiciones, que son como un pantalán de madera sobre el agua, con una rudimentaria sombrilla, y un carril circunda todo el lago. Hay poco espacio para las tiendas y hay que montarlas invadiendo un poco el carril, pero sin impedir que pasen los coches... los cuales una vez descargados hay que dejarlos en un aparcamiento vigilado que hay a la entrada. Todo muy bien pensado, muy cómodo. Claro que con mi tienda XXL voy a invadir más de la mitad del carril, pero ya nos aviaremos. Todos los puestos están equipados con una botella de un antiséptico cuando menos dudoso y una moqueta de recepción que es una especie de cajón de madera tapizado con vinilo y acolchado con goma-espuma, obviamente no voy a utilizar ninguna de las dos cosas...

La táctica es simple... no puedes molestar a los puestos que están a ambos lados... por lo que estás obligado a lanzar recto (y lo más lejos que se pueda, aunque yo aún no lo sabía, para acercar las posturas al refugio de los peces...). Me dicen que hay que cebar mucho, con exageración, supongo que más que nada por la cosa de marcar diferencias con el resto y sobre todo porque dicen que es lo que “activa” a los peces (que en un sitio así, con tanta presión, tienen que estar como cabras...):El caso es que el Spomb tiene que echar humo porque dicen que les gusta comer sobre una montaña de cebado, literal,... pero ya veréis que funciona, y porqué...

Bueno, pues ya con todo preparado, coloco mis cuatro cañas en configuración larga, que aquí hay que lanzar, y con los mismos montajes y plomos que había usado hasta ayer en Bosnia, solamente renovando los bajos y anzuelos (manías de uno...) y a trabajar. Cebos variados: todos al mismo sitio y sin lanzar demasiado lejos, no a tope... con idea de alimentar el cebadero con comodidad en un sitio fácil de alcanzar.

Primer problema: tras un par de horas dando cohetazos, cuando “sólo” llevo bidón y medio de los de 15 litros de semillas, se me parte la caña que estoy usando para el Spomb (ya estaba esperándolo... la tenía “marcada y reparada” de perrerías previas) y, capullo de mí, me he dejado la caña del cohete en casa (Esa caña se merece un artículo aparte, por lo exótica, vendrán días...). El caso es que tengo que parar de cebar a lo bruto. Pues mira, vamos a estrenar el cobra nuevo, que ése si que es un bruto lanzando, y sacamos todo el PVA disponible …empiezo a montar bolsas y redes de pellets, semillas, etc. como una loca.


No tengo picadas en la primera tarde y veo que uno de mis vecinos de orilla si. Me acerco “a olisquear”, pero pesca más o menos igual que yo. Algo tendrá... Me vuelvo a mi puesto y empiezo a cambiar cebos, probar otras cosas... Caída la noche, en una de las cañas pongo un boilie de 10 mm de piña con su propio remojo: No duró lanzada ni 20 minutos, ¡picadón! ¡a trabajar!...


Las carpas aquí son muy muy fuertes: tira como una fiera, se revuelve... creo que la altura del pantalán sobre el agua no ayuda, pero el caso es que tras unos minutos de tensa diversión tengo en la sacadera otra común preciosa. Pensaba que sería más grande, por cómo peleaba, pero no; me será difícil alcanzar mi récord del otro día.


Bueno... pues repetimos la bola de piña y su remojo y seguimos para bingo... pero de nuevo pasé una noche tranquila.

A la mañana siguiente, antes de que se incorpore Mladen, decido volver a cambiar cebos dejando la piña en sólo una de las cañas... en otra pongo una bola de melocotón y pescado de Meleg (Una marca de bolas Serbia, creo que ya no se fabrican o han traspasado el negocio a una empresa húngara, pero están muy cotizadas...) con un “drop shot” de piña y plátano (me dio por ahí...)... Estaba revisando y renovando todos los cebos, de modo que tras lanzar la primera, recojo la caña siguiente... pero no me da tiempo a enrollar el hilo, porque tengo una picada espectacular con la caña que acabo de lanzar. Se ve que las carpas, al sentirse clavadas, corren como demonios a su refugio, en dirección contraria a la orilla, y esto provoca que saquen hilo de manera brutal. Clavo el pez y “echo el ancla” al freno del carrete. Tras un rato trabajando la carpa, que esta vez es una royal de unos 10 kilos, tengo en la sacadera a la más pequeña que vi en toda la increíble semana. En estas situaciones, especialmente para no molestar ni molestarte, es esencial el uso de plomos traseros... con este pez me han salvado de un buen follón porque al verse cerca de la orilla se ha debatido hacia ambos lados por encima de todas mis líneas...


Empiezo a pensar que las claves son más los remojos que los cebos, marcar muchísimo tu cebo de anzuelo con olores, al parecer dulces... De modo que saco “la caja de los remojos” (voz en off con la risa siniestra del malo del inspector Gadget...) y los pongo a funcionar... Pero se ve que no este tampoco el camino, porque no tengo más picadas por el momento.


Llega Mladen, monta sus cañas y se instala... Lo segundo que hace es sacar su caña de Spod y liarse a cebar como loco... Parece lo más importante en este sitio... Lo primero que me dice es que Rafa Nadal le ha ganado a Nole Djoković en Roland Garros... Lo segundo es que estoy pescando demasiado cerca para ser eficaz y tener muchas picadas... Y yo pensé que ahí, más que picadas, iba a haber pique... Pero claro, éste tiene el “culo pelao” de pescar este charco... de modo que más que sana competencia se masca la tragedia, será humillación.

Efectivamente, al anochecer ya había sacado tres peces y yo seguía dándole vueltas a tratar de comprender este sitio. Mirando al agua, viendo donde saltan, como se mueven... Mladen me comenta que con un stock tan grande de peces no merece la pena preguntarse donde están... porque seguro que están ahí... encima de tus cebos. Siempre es agradable compartir la orilla con amigos, y pasamos la noche charlando de pesca, familia, política... es un tipo encantador, educado y de una conversación interesante. Compartimos muchos gustos... es un carposo. Pero noto que lo cierto es que de verdad quiere humillarme cuando con su tercera carpa ya empieza con el cachondeo: “- Nole 3 - Rafa 0”, me dice... Yo le contesté en español un par de cosas que no creo que deba escribir, que me pueden leer niños...


El caso es que en toda la noche no tuvimos ni una picada, lo que me lleva a pensar que verdaderamente les mola el ruido del cohete cebador y el spomb, por un lado, y que ciertamente tengo que pescar lo más lejos de la orilla que pueda, por otro. Me levanto muy temprano, antes que Mladen, y tras hacerme el café decido cambiar plomos y poner los “ultracast”, dejar el PVA y poner cebos pequeños: vamos a cargar las cañas al máximo que me atreva (para lanzar también estoy muy oxidado, la verdad) y tratar de llegar lejos.


Pero de todos modos no pican ...hasta que Mladen se levanta y empieza a cebar con su spomb. Pero esta vez el que tiene la picada soy yo; tras la pelea resulta ser una preciosa royal de 12 kilos que también sucumbió a la bola de melocotón y pescado. Este ya no me humilla, por lo menos... Y ciertamente parece solo pican a la combinación “remojo de olor dulce intenso – choffss de spomb”...


Al cabo de un par de horas, a media mañana, nos vienen a visitar los rumanos del puesto contiguo, que eran unos carpistas de Timisoara (Rumanía queda cerca de Belgrado), con montones de cebos, buen material y buena técnica... pero que estaban sin picadas por el momento. Les comento mi teoria de “remojo de olor dulce intenso” mezclado con “choffss de spomb”... y para ponerla a prueba saco el spomb de Mladen y pego cuatro cohetazos... Inmediatamente otra picada en el boilie de pescado y melocotón. Y tras otro divertido combate saco una común con una forma curiosa, pero una fuerza brutal que nos dio muchísimo trabajo y llegó a enredarse en las líneas de un griego que estaba al lado contrario de los rumanos... Ya le he cogido el truco a esto. -Y por cierto Mladen: “Nole 3 - Rafa 2” -me salió del alma, estaba contento de evitar la debacle- ... Me contestó algo en Serbio, creo que con mucho cariño, nos acabamos el segundo café y nos abrimos unas botellas de agua, que ya apretaba el calor y además llegaba la hora de recoger, para seguir charlando de pescas, equipo, sitios...


Ya con la tienda y algunas bolsas de equipaje en el coche, decido pegar un par de cohetazos más para gastar las semillas que quedaban en una de las tinajas. Había dejado toda la sesión una caña con un dumbell flotante de salchicha con su remojo... por aquello que dicen de “cebo salado = carpa más grande”... y efectivamente tuve una picada más, en este cebo: La carpa más grande que saqué en Mika Alas, una royal espectacular que supuso el empate con un pescador magnífico, mucho mejor que yo y que conocía mejor que yo el sitio... La suerte estuvo de mi lado.


La vuelta a casa fueron casi cuatro horas en coche, esta vez la frontera estaba algo más concurrida por la visita de todos los kosovares en diáspora por Europa para pasar el verano con las familias. Me volví pensando que había sido seguramente mi semana más eficaz de pesca, al menos en número de peces de buen tamaño y lecciones aprendidas. No tengo interés en volver al Mika Alas... pero me muero por regresar a Pelagicevo... Por cierto que, tras el ajuste de hair del segundo día en Bosnia, no perdí ni una picada... cada carpa (y el siluro) que hizo sonar mis alarmas acabó en la sacadera, perfectamente clavada y sin posibilidad de escape... 


Va por usted, maestro Mostachón. Una vez más, gracias por la amistad. A ver si vamos a pescar juntos, si puede ser por aquí... que no tarde tanto en repetir...

A.


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